Se trata de un ensayo filosófico escrito por Eliza Orzeszkowa en 1882. La autora trata de explorar la conexión entre ciencia y misericordia y muestra cómo la ciencia puede contribuir al desarrollo de estas cualidades humanas. La protagonista de la historia es una joven que descubre nuevos conocimientos y se enfrenta a dificultades al intentar aplicarlos en la práctica, sobre todo en su interacción con un enfermo.